Una de las enfermedades bacterianas más comunes en la sociedad son las caries, que no tienen edad específica para reproducirse, aunque son muy comunes en los niños, adolescentes y jóvenes. Es una enfermedad dental que implica una interacción entre diferentes factores, como son los dientes, la saliva y la microbiota oral, así como la dieta, la genética o las costumbres son otros factores externos que también influyen en su aparición. Aparecen principalmente por una destrucción de los tejidos duros del diente, esmalte y dentina, debido a la transformación de los azúcares en ácido.  Guia Azul de la Sanidad

Esta enfermedad puede producir dolor si alcanza el nervio del diente e, incluso, la infección en otros órganos del cuerpo y la pérdida de la pieza dental si no se trata a tiempo. Comienza con la acumulación de bacterias específicas sobre la superficie del esmalte, donde elaboran productos ácidos que desmineralizan la superficie, avanzando hacia la dentina, para llegar finalmente al nervio o pulpa del diente.

Los principales causantes de las caries son:

  • Higiene bucodental escasa o poco eficiente, como la falta de cepillado dental, el uso de pastas dentales inadecuadas o la ausencia de hilo dental. También es relevante el tiempo, dejar pasar mucho tiempo entre comidas y cepillado.
  • El elevado consumo de azúcar y bebidas carbonatadas.
  • Disminución del pH de la saliva, que tiene una influencia en la aparición de caries.
  • . Cuanto más tiempo pasa, más posibilidades hay de que las bacterias ataquen y los ácidos afecten al diente.
  • La influencia genética o heredada. Hay gente que es más propensa a la formación de caries.
  • Para los bebés, no es apropiado dormir con el biberón, ya que la tetina permanece junto a las superficies palatinas de los dientes durante más de 8 horas.
  • Estar tomando diferentes tratamientos farmacológicos puede alterar la composición del biofilm oral y del pH de la boca, aumentando la afluencia de las bacterias que producen las caries o bajando las defensas en el cuadro dental.

Por tanto, en el desarrollo de este tipo de enfermedades bucodentales adquiere una alta importancia las costumbres que los niños adquieren a través de sus progenitores. Que los padres acostumbren a sus hijos a cepillarse los dientes de forma adecuada y en los tiempos correctos puede repercutir de forma directa en la aparición de caries, así como adquirir costumbres alimenticias adecuadas con respecto a los alimentos con alto contenido de azúcar por ejemplo.

Otro elemento que puede repercutir en la mayor o menor aparición de caries puede ser el nivel de flúor de la pasta que se suele utilizar. Así mismo, es a partir de los 6 años cuando se empieza a controlar la cantidad de flúor que debe llevar la pasta de dientes, por ejemplo menos de 500 partes por millón es la cantidad recomendable que deben contener los dentífricos que empleen los niños de entre 6 y 12 años. A partir de entonces, el flúor que pueden contener es de 1.000 ppm.

En pacientes con bajo riesgo de caries dental y, que por ejemplo tengan menos de 7 años, lo correcto sería llevar a cabo una aplicación tópica sobre el diente de barniz de flúor una vez al año, una pasta fluorada más densa de lo normal en el dentista, además de realizar un cepillado dos o tres veces al día con pasta fluorada de menos de 500 ppm de flúor.

Otro factor de aumento o disminución de caries es la dieta. Una dieta con hidratos de carbono abundantes puede ser perjudicial, es decir, además de evitar las chuches o gominolas, también es recomendable evitar el exceso de pastas o panes. Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Odontología Conservadora considera que es muy importante acudir al dentista con frecuencia puesto que hay lesiones iniciales de caries imperceptibles para el paciente, pero que pueden ser detectables por el especialista.