La vitamina D desempeña un “papel importante” en el metabolismo óseo, a través de la regulación de la homeostasis del calcio y del fosfato, a la par que puede desempeñar un papel importante en la regulación del sistema inmunitario.

“Además de producir raquitismo, la carencia de vitamina D se ha relacionado con infecciones respiratorias, como la neumonía, la tuberculosis, y la bronquiolitis. La neumonía es una forma grave de infección aguda de las vías respiratorias bajas, y la principal causa de mortalidad infantil en todo el mundo”, indica el doctor Manuel Cidras.

Así con todo, este especialista insiste en que algunos estudios indican que la administración de suplementos de vitamina D puede reducir la frecuencia y la gravedad de las infecciones respiratorias en los niños.

La vitamina D se produce en el organismo cuando éste se expone a la luz solar, pero también está presente en el pescado azul (fundamentalmente salmón, caballa, atún y sardinas), en los huevos (yema principalmente), en los hongos y en las setas como los champiñones, en el aguacate, y en los productos alimentarios enriquecidos como cereales, queso y leche.

A su vez, recuerda que se trata de una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelve en grasas, y lo mismo que otras vitaminas como la A, E y K.

«Con todo ello, y para evitar la entrada de virus y bacterias en el organismo, más en estos días de pandemia por COVID-19, el experto del Hospital Quirónsalud Murcia reitera que el cuerpo cuenta con un sistema defensivo que hay que entrenar con una buena alimentación, que también puede lograrse gracias a otros componentes alimenticios como los probióticos, la vitamina C, el zinc, y el selenio».

“La vitamina D, el zinc, y el selenio están en gran cantidad en los huevos, por lo que es un alimento fundamental frente a las infecciones”, sentencia el doctor Manuel Cidras.

Fuente:EFE SALUD