El verano tiende a ser la época del año en la que jóvenes y no tan jóvenes adaptan su rutina diaria tendiendo al descontrol de las comidas. Los platos de cuchara disminuyen, por no decir que desaparecen, los horarios no se cumplen y la prioridad suele ser el placer por encima de la salud.

Pero independientemente de que aumente el consumo de alcohol y refrescos y se recurra lo menos posible a la comida casera hay un problema mayor… la posibilidad de padecer una intoxicación alimenticia.

Con estas temperaturas tan altas la comida tarda menos en echarse a perder, pero algunas personas caen en el error de creer que algo de su despensa tendrá el mismo aguante que en pleno enero. Por otro lado, si tiendes al ‘tapeo’ no solo prolongarás el consumo de los alimentos que tienes en casa aumentando el riesgo de comerlos en mal estado, además estarás ingiriendo algo cuyo estado previo a su elaboración desconocías.

Si sufres una intoxicación los síntomas no tienen porque aparecer de forma inmediata, eso dependerá de la cantidad y de la causa exacta de la intoxicación. En cualquier caso, debes priorizar tu hidratación si identificas estos síntomas:

  1. Dolor abdominal.
  2. Diarrea.
  3. Fiebre.
  4. Pérdida de apetito.
  5. Náuseas y vómitos.
  6. Debilidad y fatiga.  

En Guía Azul de la Sanidad nos preocupamos por tu salud y por eso nos esforzamos para que disfrutes de tus vacaciones con las rutinas más saludables posibles. ¡Porque estar de vacaciones no está reñido con una buena alimentación!