Errores y aciertos en la forma de actuar ante los riesgos del verano
Golpes de calor, quemaduras en la piel, cortes de digestión, ahogamientos son típicos problemas que suelen ocurrir en verano en las playas y piscinas
Las altas temperaturas, la falta de protector solar o la imprudencia de niños y adultos a la hora de bañarse en lugares o circunstancias poco idóneas provocan numerosos problemas en verano entre los veraneantes. Estos problemas suelen tener muchas soluciones y recomendaciones, pero no todas son siempre correctas, por ello es importante saber qué hacer y qué no hacer antes los peligros del verano.
Golpes de calor
Empezando por uno de los problemas más comunes, las insolaciones o golpes de calor, no es un problema exclusivo de la gente que está de vacaciones, ya que lo pueden sufrir también trabajadores o deportistas, por ejemplo, tanto por temperaturas como por humedades altas. Ante ello, importante es prevenir: hidratarse, ir por la sombra, evitar las horas de más calor… Sin embargo, cuando esto no se ha hecho o no ha funcionado, la situación se complica. En un golpe de calor, tal y como recuerda el Ministerio de Sanidad, es necesaria la ayuda médica para que no sea fatal. Por ello, hay que llamar a urgencias si estamos lejos de un centro médico mientras aplicamos los siguientes consejos.
Los primeros síntomas de un golpe de calor son mareos, dolores de cabeza o vómitos. Más tarde pueden venir calambres, convulsiones o desorientación. Ante esto, hay que llevar a la persona a un lugar fresco y con sombra, a la espera de que vengan las asistencias sanitarias. A continuación, colocarla casi sentada y con la cabeza levantada para que respire. Una vez hecho, es importante bajar la temperatura quitando ropa, abanicando. Hacer lo posible por que la persona tome agua o líquidos.
Quemaduras en la piel
Los golpes de calor no son el único problema principal que causa la sobreexposición al sol en verano. Las quemaduras por el sol dañan nuestra piel, incrementan el dolor en la zona afectada y hacen aumentar el riesgo de cáncer de piel. Las cremas protectoras, las zonas de sombra y sombreros y ropa son esenciales, pero si notamos que nos hemos pasado de morenos y nos hemos “quemado”, literalmente, se puede solucionar.
Cuando detectemos el color rojo, hemos de darnos una ducha con agua tibia para que baje la temperatura, y sin frotar la zona. Con la piel limpia, aplicaremos after sun, que nos aportará frescor a la vez que alivio. También podemos tirar del clásico áloe vera, con un efecto regenerador e hidratante muy necesario, mediante la misma planta o con cremas que la incluyen en sus componentes.
Corte de digestión
Entrar al agua del mar o la piscina justo después de haber comido puede provocar esta situación desagradable. Se trata de un mito tener que esperar dos horas para volver al agua, ya que lo que se conoce con el nombre técnico de hidrocución puede pasar con el estómago lleno o vacío, nadando o de forma relajada. Lo único recomendable es no meterse de golpe en el agua, sino aclimatar el cuerpo con una ducha o entrar poco a poco.
Algunos de los síntomas que nos pueden indicar que estamos sufriendo un corte de digestión son tener visión borrosa, dolor de cabeza y mareos. Si lo notamos en nosotros, saldremos del agua cuanto antes y pediremos ayuda. Si lo detectamos en otra persona, llamaremos a los socorristas o a una ambulancia o realizaremos, si los conocemos, los primeros auxilios, ya que hay riesgo de asfixia o de parada cardiorrespiratoria.
Picaduras de medusas
Su picadura es dolorosa y un fastidio. Además, pueden quedar trozos de medusa en la piel que dañen la zona con su veneno. En primer lugar, rociar amoniaco sobre ellas no es una buena medida, al igual que aplicar agua dulce, ya que estamos en la playa, por tanto se debe usar mucha agua de mar. Para evitar que el dolor se incremente, tampoco frotaremos la zona cuando retiremos los trozos de tentáculos, ni echaremos alcohol sobre ella o extenderemos vendajes a presión. El vinagre, otro de los elementos que la sabiduría popular aplica en estos casos, solo se debe usar en momentos específicos.
Una vez lavada la zona y retirados los restos de tentáculos, lo recomendable es utilizar una solución de bicarbonato al 50 %. También, para bajar la hinchazón, pondremos hielo durante 15 minutos, en series de tres minutos con otros dos de descanso.