La sobreexposición al sol y los baños en agua salada o con cloro, en el caso de las piscinas, pueden afectar a tu piel con aumento de la sequedad y la tirantez de esta

Salud de la piel tras el verano

La época veraniega es momento de excesos y de aprovechamiento para aquellos que se van de vacaciones y quieren desconectar, así como hacer cosas que no suelen hacer durante el invierno o en su rutina diaria de trabajo. Abundantes comidas, consumo de productos azucarados como helados, el alcohol y el tabaco, sobreexposición al sol o baños constantes en la playa y las piscinas son algunas de las causas de los problemas de salud que nos pueden ocurrir al volver de las vacaciones.

Aunque la mayoría de problemas suelen tener relación con el sistema digestivo, la piel también sufre estos excesos del verano. La exposición al sol, aunque sea con el uso de protectores solares, los baños en el agua del mar o en piscinas con excesivo cloro y productos químicos de mantenimiento e, incluso, el mayor consumo de productos como tabaco y alcohol, pueden afectar al nivel de hidratación de la piel.

Ahora que casi ha pasado el verano puedes empezar a tratar tu piel y aplicar algunas recomendaciones para evitar la sequedad y recuperar la hidratación y elasticidad perdidas a causa de los elementos antes comentados. Guía Azul de la Sanidad aporta los siguientes consejos para ayudar a cuidar tu piel:

  • Emplear crema hidratante de forma diaria a nuestra piel después de la ducha, que es cuando nuestra piel está más limpia y absorbe mejor.
  • Utilizar la crema en más ocasiones durante el día en las zonas más afectadas.
  • Aplicar cremas adecuadas a cada tipo de piel y edad, son recomendables las cremas antioxidantes para pieles más envejecidas.
  • Utilizar cremas con fotoprotección solar durante, especialmente cuando realicemos trabajos o actividades al aire libre y tengamos nuestra piel expuesta de forma prolongada.
  • Tener especial atención con el cuello, las manos, los codos, las rodillas o los pies, ya que son partes del cuerpo susceptibles a sufrir falta de hidratación y rigidez.
  • Beber líquidos abundantemente, ya que de esta forma ayudamos a mantener la piel adecuadamente
  • Comer frutas y verduras ricas en vitaminas que contribuyen a la recuperación de la piel.